DE REGRESO AL  MAR PACIFICO

 

Los finales del 2003 como buen augurio,  empezaron  a marcar la diferencia después de varios años de que por múltiples  razones, entre las más destacadas la inseguridad de la zona, los buceadores recreativos  preferimos destinos distintos a nuestro mar pacífico.

Definitivamente: Gorgona, Malpelo, Cabo Corrientes, Turquí, Nuquí, Utría, Bahía Solano, Piñas, y Cabo Marzo entre los destinos mas destacados de buceo de nuestra geografía, han sido, son, y seguirán siendo, los sitios mas espectaculares y maravillosos para el buceo, sin nada que desearle en su riqueza sumergida a Cocos y Galápagos, meca del buceo recreativo en los últimos tiempos en el mundo entero.

Cuando hago claridad en que “sin nada que desearle en su  riqueza sumergida”, es fundamentalmente para resaltar que en temas como: vías, trasportes, facilidades, seguridad, y logística en general, aunque hemos mejorado todavía estamos en camino de llegar a lo ideal, lo que frena de alguna manera la presencia masiva de un turismo internacional, actividad  clave en la  generación de empleo  e ingreso de divisas  para nuestro país.

Pero mientras este desarrollo “que cabalga a lomo de tortuga”, acaba de llegar, que significativo ha sido  el ser testigo del regreso progresivo  de los buzos y turistas  colombianos a nuestros sitios antes anotados, donde cada día no dejamos de llevarnos una positiva sorpresa.

Como nunca dos buceos son iguales, así se realicen en el mismo sitio, y aún en un mismo día, pues cada vez será más y más atractivo y apasionante ir, volver y repetir estos viajes con la expectativa que algo nuevo y sorprendente podemos  encontrar..No podemos por todo esto dejar de reconocer  la majestuosidad del mar Pacífico, y el riesgo propio de una  mala y a veces equivocada interpretación de su fuerza y bravura, propio de ese mar que ha dado buena cuenta histórica de piratas, conquistadores y aventureros. Los buceadores simplemente debemos conocerlo y respetarlo, con la seguridad que éste nos permitirá disfrutar de su rica, maravillosa e inolvidable Colombia  sumergida.

Por todo esto los incidentes y accidentes que lamentar en nuestro mar Pacífico por causas del buceo, han sido tan pocos, que ocuparían el último puesto en las estadísticas de  los deportes de aventura. No sin por esto bajar la guardia y por el contrario reforzar cada día  la preparación de nuestros buceadores, en procura que  esta actividad siempre llene los requisitos de que sea: placentera  y segura.

Por otro lado el Estado, en su afán de proteger estos recursos naturales  ha declarado  con  gran celo casi toda el área antes anotada como reservas, parques y santuarios, exagerando con normas muchas de ellas  inconsultas e infundadas que impiden o restringen su pleno disfrute, como reza en nuestra Constitución Política que entre otros puntos reza: Art. 52 “Se reconoce el derecho de todas las personas a la recreación, a la práctica del deporte y al aprovechamiento del tiempo libre.....”.

Si Colombia es uno de los pocos puntos verdes que aún sobreviven al devastador paso del desarrollo, por qué en vez de llenarnos de  zonas restringidas donde nos  hemos especializado en el “no se puede  casi todo... y se  permite... casi nada”y con montañas de normas que ahogan a los legisladores, mejor no declaramos a todo el país como una gran reserva de la humanidad y le asignamos los recursos necesarios a la formación de los niños para que crezcan con la responsabilidad de disfrutar de su entorno garantizando su conservación?. Será que los colombianos no somos capaces de conservar nuestros  recursos sin tantas prohibiciones?

Que bueno fuera que en lugar de tanta restricción absurda se fomente la educación y el conocimiento de todos nuestros recursos naturales, fomentado el eco-turismo, y  apoyando en todos los aspectos a quines se dedican de manera  privada a estas actividades;  por esto no dejo de celebrar el que hoy el señor Presidente de la República  Doctor Alvaro Uribe Vélez, convencido de que el desarrollo puede de ir de la mano con la conservación (eco-desarrollo), esté seriamente pensando entregarle el manejo de muchas de estas reservas naturales a la empresa privada, para que garantizando su conservación ofrezcan una mayor y mejor participación de todos.

En consonancia la empresa privada debe creer e invertir  más en el desarrollo  del Pacífico, con la seguridad que será un gana-gana, para todos incluido nuestro sensible medio ambiente.

 

Gonzalo Concha.

Feb-1-2004