En 1978 como Director del Club Barracudas, y
motivado por los reportes de la
empresa Good Year, sobre
el sorprendente éxito en Boca Ratón, Florida, con la construcción de
arrecifes artificiales submarinos con
llantas viejas rellenas de cemento y
amarradas con bandas metálicas, decidimos
todos los integrantes del Club Barracudas,
después de varias investigaciones instalar nuestro primer arrecife artificial,
en la en ese entonces cárcel de la Isla de Gorgona.
Los biólogos y estudiantes de la Universidad del Valle,
practicantes de buceo en el club, se dieron a la tarea de coordinar sobre el
terreno los lugares ideales para la instalación, los deportistas se
comprometieron con la consecución de las llantas que en la ciudad se botaban,
los estudiantes de buceo, se comprometieron con la adquisición de manilas de
polipropileno, construcción de pesos muertos en cemento con sus respectivas
argollas, perforación con taladro y
saca-bocado, de las 250 llantas para
evitar que el aire de su interior
impidiera la sumergida, y del transporte
en camión a Buenaventura y luego en barco a Gorgona.
Después de tres largos
y atareados meses esta tarea llegó a su fin y fue así
como el 9 de abril de 1979 a las
12:00 en
las playas de Gorgona, Alonso Restrepo, Presidente del Club, dio como
inaugurado el trabajo que realizamos en
compañía de buzos del Club Hipocampos que por esos días practicaban en la Isla, el
que nos ocupó durante tres días al término de los cuales habíamos instalado los
arrecifes bautizados como: Peyssonel, (francés que
clasificó los corales en el reino animal), Darwin (responsable de la teoría de
la evolución de las especies), y Mutis (sacerdote, médico y naturalista quien
en 1783 dirigió la expedición botánica.)
Adicionalmente se
instalaron arrecifes en la proa del planchón, y el más grande de todos
en playa Pizarro con 80 llantas.
Para ilustrar mejor este artículo quiero transcribir textualmente
lo que en 1978 se escribió sobre el tema:
1º.Propósito: Construir diferentes apartamentos submarinos para
diversos gustos así: En la planta baja seguramente habitarían: cangrejos,
jaibas, langostas, pulpos y caracoles.
En la planta alta habitarían los peces ornamentales como:
mariposas, sargento mayor, isabelitas, y pargos juveniles.
2º. Acceso: Deben instalarse en áreas de fácil acceso a los buzos,
lugares a donde se pueda llegar en
pequeños botes. El lugar debe estar protegido para evitar que la acción de las
corrientes lo destruyan.
3º. Tipo de fondo: La composición del fondo de los océanos es un
factor importante en la duración de un arrecife artificial. El fondo ideal es
rocoso con poco sedimento.
Arrecifes colocados sobre sedimentos, o son cubiertos por éstos
con el tiempo o pierden su efectividad.
Fondos blandos, arenas flotantes, sedimentos o barro son malas
bases porque terminan cubriendo el arrecife.
4º. Localización de naufragios: Naufragios sobre suelos firmes, se consideran muy buenas bases para un arrecife
artificial.
5º. Fuertes corrientes y acción de las olas: Pueden arruinar el
arrecife cubriéndolo con sedimentos sueltos o con materiales dispersos en el
agua. El fuerte oleaje puede ser un gran
impedimento para que otras personas puedan visitar el arrecife.
6º. Profundidad: La selección de la profundidad depende del
objetivo y de la estabilidad de los materiales.
En los Estados Unidos se han construido arrecifes desde 18 pies (6
metros) hasta 300 pies (100 metros).
7º. Espacio libre encima del arrecife: Los arrecifes deben ser lo suficientemente profundos para
que no impidan la libre navegación.”
El 9 de julio de 1979 (tres meses después) biólogos de la
universidad del Valle enviaron el siguiente reporte:
“El módulo tiene apariencia de un hábitat perfectamente
establecido. Se reconoce una concentración de 250 especies por metros cúbicos
de agua, especies ya nacidas en su propio hábitat y que han construido una
perfecta estructura de vida en comunidad”.
Pasado el tiempo los arrecifes colocados frente a la playa fueron
cubiertos por la arena, y las llantas que la marea sacó a la playa fueron convertidas en sandalias por lo
reclusos.
Las llantas localizadas en
el planchón han venido siendo visitadas por los buceadores si bien este planchón hundido, ha servido
desde siempre para el amarre de las embarcaciones.
Pero del que por razones a su localización estratégica no volvimos
a tener noticia alguna fue sobre el
instalado en playa Pizarro.
Ayer 4 de enero de año 2004, a las
16:00 horas 25 años después
realizamos una inmersión autónoma en el lugar, con la posibilidad de no encontrar ni rastros del
arrecife, puesto que nunca recibimos reporte alguno sobre su evolución, con la
gratísima sorpresa de encontrar en un área otrora sin presencia de
animales, ahora convertida en un
esplendoroso hábitat con una vida
asociada digna del más grande y mejor laboratorio viviente:
Pargos adultos y juveniles, chernas, meros juveniles, cirujanos,
cofres, porta estandarte o ídolo moro, cabras, rabirrubias, mariposas, sargento
mayor, belleza de las rocas, ángel francés, morenas, isabelitas, ardillas, carajuelos, damiselas, tamboreros,
pez globo, bivalvos, gorgónias, Formaciones
coralinas, algas, así como una gran
variedad de juveniles de peces ornamentales.
Para destacar la actitud
tranquila y despreocupada así como de
pertenencia al arrecife, de los peces ante la presencia de 9 buceadores autónomos, que seguramente durante muchos
años no perturbábamos su tranquilidad.
Con este ejemplo vivo de cómo con
muchas de las mal llamadas” basuras” podemos repoblar nuestros fondos
marinos, solo resta felicitar y
agradecer en nombre de todos los amigos del mar a ese puñado de entusiastas buceadores deportivos que de una u otra manera participaron en esta quijotesca empresa, que hoy es una premisa de que este planeta si nos lo proponemos tiene asegurada su supervivencia y la de
toda su vida asociada.
Si algún día van por Gorgona, no olviden visitar en pequeños
grupos sin tocar absolutamente nada, (
no más de 4 personas, en visita muy
lenta y casi quieta) este trabajo de personas que sin pretensión alguna, distinta a la de contribuir,
hicieron posible este monumento a la reflexión ecológica.
Finalmente y antes de cualquier oportunista le dé por bautizar al
arrecife con su nombre, les propongo a todos los lectores de este artículo que
no dudemos en llamarlo:
ARRECIFE CLUB BARRACUDAS.
!!!!!!!
Gonzalo Concha.
Enero 4-2004