El desierto sumergido, en el que hemos
ido convirtiendo nuestros áreas coralinas
y en general nuestros fondos marinos, como consecuencia de una continua y mala práctica de buceo en los
mismos sitios, muchas de estas realizadas con un mal manejo de la flotabilidad,
así como por nuestra cuestionada actitud frente a la vida sumergida,
consecuencialmente hemos convertido estos maravillosos lugares en zonas cada
vez más pobres y solitarias, por lo que nos ha tocado aventurarnos
a explorar lugares nuevos, cada vez más lejanos y profundos, saliéndonos
muchas veces de los límites establecidos para el buceo recreativo con aire
comprimido, y sin descompresión (140 pies), además con otros pretextos como: El
motivar que viajen con nosotros con el pretexto de explorar cuevas, grutas,
fotografiar y filmar peces desconocidos o que últimamente son difíciles de
encontrar; a tener experiencias extra
sensoriales de adrenalina pura al bucear desafiando las fisiología, motivados
por los mal llamados “buzos de rango extendido”; a poner a prueba los computadores, a utilizar
el tanque extra, o el mini-taque simulando emergencias, así también como para
asegurarnos mas y mejores ingresos; en
fin, mil y una razones muchas de ellas muy respetables pero con la compañía de
un enemigo común: EL CONTROVERTIDO COMPORTAMIENTO DEL NITRÓGENO A PRESIÓN.
El
todavía tímido y lento ingreso a nuestro país del buceo recreativo con Nitrox, nos permite estimar que hoy el 90% de los
practicantes seguimos y seguiremos seguramente por un largo tiempo, haciendo
uso del aire comprimido durante nuestras prácticas. Ante tal realidad, esta
reflexión esta orientada a la práctica con aire comprimido, mezcla respiratoria
(80 % Nitrógeno y 20% Oxígeno) que aún no terminamos de investigar, conocer y manejar con
seguridad y responsabilidad.
Utilizando aire comprimido se han reportado
en el mundo preocupantes accidentes
donde supuestamente solo se bucearon los límites en unos casos, y se violaron
en otros tanto en parámetros de tiempo como en profundidad, establecidos en la
no-descompresión, situación esta
que nos lleva a pensar que a
pesar de todo el esfuerzos hecho en desarrollo e investigación hiperbárica, debemos seguir siendo muy cuidadosos con los
programas a desarrollar, dándonos
siempre unos márgenes racionales de seguridad de acuerdo a condiciones
tan particulares como: obesidad, alcohol, tabaquismo, sedentarismo, embarazo,
hipertensión, marcapasos, asma, broco-espasmos, infartos, insuficiencia
renal, diabetes, epilepsia, anemia
aguda, trasplantes, migrañas, cirugías, edad, etc. etc.
Irónicamente hoy en día muchos de las
personas que organizamos y motivamos
viajes de practica para no
“espantar” a nuestros buzos antes de una salida, y con la equivocada creencia,
de que si les exigimos requisitos como el médico por ejemplo, se marchan a
practicar y viajar con otras personas, le hemos restado importancia a la
exigencia del examen médico, examen éste que debe acompañarnos en toda
práctica, para la tranquilidad general, facilitándonos en un momento dado como
alarma temprana un diagnóstico soportado y oportuno, en caso de cualquier molestia, muchas veces ajena a la misma
práctica, pero que por falta de esta
información médica terminamos acusando al buceo como su causante, realizando
consecuencialmente unos procedimientos de emergencia inadecuados e innecesarios. (Examen que debe
de tener una vigencia no mayor de dos años).
Seguramente esta evaluación médica
preventiva nos ahorraría muchos dolores de cabeza, y sería además un llamado de
atención para asumir esta práctica con mayor responsabilidad, programando mejor
cada inmersión, puesto que nos alertará de manera temprana sobre cualquier
enfermedad, o lesión.
Si hoy sigue siendo preocupante el que
los parámetros fisiológicos de tolerancia al nitrógeno a presión, varíen
significativamente de una persona a otra y muchas veces de un día a otro, en
una misma persona, qué podemos pensar y esperar de quienes están desatendiendo
estos límites de seguridad con pleno conocimiento de causa?.
Aunque casi todas las recomendaciones
sobre el particular son ampliamente conocidas finalmente quiero ser reiterativo
en los siguientes puntos:
RESCATAR
LA BELLEZA Y VIDA DE NUESTROS SITIOS MAS FRECUENTES DE BUCEO.
Empezar recobrando la salud y vida de
nuestros océanos, atractivo fundamental del buceo recreativo, participando y
promoviendo campañas educativas y de concientización
ecológica. (limpieza de playas, instalación de arrecifes artificiales, descanso
programado de los sitios, control de ruido, número de visitas y visitantes a
los sitios, utilización de guantes en zonas coralinas, manejo de nuestras
basuras y disposición final de letrinas, combustibles y lubricantes, etc, etc.)
Procurar por iniciativa propia el menor
impacto ambiental posible a determinados sitios. (en
los sitios de buceo evitar uso de las anclas con la fijación de boyas, alternar
los sitios, establecer el tamaño de los grupos y definir lugares para el fondeo
y trabajo de las embarcaciones).
Garantizar un manejo adecuado de la
flotabilidad en procura de un buceo placentero y ecológicamente seguro.
Apoyar a nuestras autoridades
ambientales y de control, con la
denuncia oportuna, en casos como: Barcos pesqueros en áreas protegidas,
pescadores furtivos, uso irregular de redes y otros equipos de pesca y la pesca
con dinamita.
Denunciar ante los Entes de Control, la
corrupción de los funcionarios del estado que violen las normas legales por
acción u omisión.
Informar a las autoridades ambiéntales
y a organismos no gubernamentales especializados sobre conductas o presencia
inusual de vida marina.
RESPETAR LOS LÍMITES DEL BUCEO RECREATIVO
Como segundo punto debemos recordar que
a 100 pies de profundidad, (30 metros) 4 atmósferas, el nitrógeno empieza a
comportarse como un gas tóxico (narcosis) y que después de los 140 pies los
buzos recreativos no solo vamos a
encontrar soledad, riesgos y dificultades, con soluciones muchas veces
lejanas, y casi siempre costosas en dinero y vidas humanas, sino que no debemos
olvidar que la razón del buceo recreativo debe ser siempre el disfrute de una
actividad sana, placentera y segura.
BUCEAR
SIEMPRE GOZANDO DE UNA BUENA SALUD Y CONDICIÓN FÍSICA
Finalmente recordar: un manejo médico
adecuado y oportuno; disponer siempre de equipo de comunicaciones, primeros
auxilios y oxigeno, así como el estar en condiciones ideales de salud física y mental,
realizando únicamente el tipo de práctica para la cual hemos sido entrenados.
UTILIZAR
SIEMPRE EL EQUIPO ADECUADO Y REALIZAR PRÁCTICAS DE ACUERDO AL NIVEL DE
CAPACITACIÓN Y CERTIFICACIÓN.
No es extraño observar a buzos sin
traje protector; la utilización de reguladores viejos y sin mantenimiento
alguno; exceso de lastre; grupos sin bote acompañante; botes fondeados sin buzo
de seguridad a bordo; guías e instructores con demasiados participantes,
violando las normas internacionales de seguridad; utilización inadecuada del
chaleco durante los ascensos; novatos en aguas profundas y agitadas; un
buceador solo en superficie mientras su grupo continúa sumergido; un solo bote
para dos y mas grupos; buceos sin programación alguna, en fin errores y omisiones
fáciles de corregir y que podrían terminar convirtiendo un placentero buceo en
una amarga pesadilla, muchas veces con la irreparable pérdida de vidas humanas.
Gonzalo Concha.