LOS  INSTRUCTORES DE BUCEO Y SU SEGURIDAD SOCIAL

 

La reciente enfermedad terminal de un colega que ha despertado nuestra solidaridad gremial a nivel  nacional, debe ser un campanazo más de alerta temprana, que nos motive a  formalizar nuestro sistema de seguridad social, si bien no estamos libres de  un accidente de buceo, ni de limitaciones físicas por cualquier motivo o razón, así como de una serie de patologías propias de épocas de  los mil y un virus, bacterias, infecciones, etc., causadas no siempre por la práctica del buceo, en las que podríamos llegar a quedar comprometidos sin que hayamos previsto para estas contingencias los recursos adecuados, poniendo muchas veces  en aprietos económicos a nuestras familias.

Por lo regular siempre pensamos que los accidentes, las enfermedades y las limitaciones físicas les ocurren solo a los demás, que nosotros siempre vamos a estar bien de salud, que además estamos muy bien preparados para realizar el buceo con la mayor seguridad posible y en lo que menos pensamos es que  siempre llevamos con nosotros la fragilidad propia de todos los seres humanos.

Muchos Instructores de buceo somos padres de familia, y nuestras familias derivan el sustento del producto de nuestro trabajo, igualmente, otros sostenemos  a nuestros  padres y hermanos, otros somos  empresarios que debemos  responder por todo tipo de compromisos, situaciones  todas estas y muchas más que se escapan,  que nos comprometen a velar por nuestra salud y vida, lo que debería de obligarnos a hacer el esfuerzo que sea necesario por definir algún tipo de seguridad social.

 

En el conversatorio de Enero cuando nos reunimos a reflexionar  sobre el tema tributario, es decir mucho antes de conocerse la lamentable enfermedad del colega Beda, John Parra en un comunicado nos llamaba la atención sobre este  tema de la seguridad social, infortunadamente por no ser el tema a tratar ese día, simplemente leímos la carta y sin comentario alguno pasamos la página, pero hoy mas que nunca el tema nos convoca a pensar como gremio, puesto que  algunos  instructores solo contamos con dinero ganado día a día para resolver todos nuestros  compromisos, y es por esto que debemos de procurar  alternativas viables que nos permitan una panorama tranquilo en el tema de salud..

 

¿Cuánto cuesta un tratamiento en una cámara de recompresión?

¿Cuánto cuesta la quimio y radioterapia para tratar  un cáncer?

¿Estamos cubiertos económicamente para afrontar una invalidez?

 

Esta reflexión seguramente deberá ir acompañada con la organización misma de nuestro negocio, donde muchas veces no incluimos estos costos en el presupuesto, peor aún, seguramente que no hacemos presupuesto alguno, es decir calculamos a ojo el valor de nuestros cursos y trabajo, por lo que casi nunca tenemos el dinero disponible para un buen seguro y una cobertura de salud adecuada.

 

Pienso que este tema de la seguridad social para los trabajadores del buceo tendrá éxito en la medida que le hagamos la ambientación y socialización adecuada. No debemos esperar a tener que lamentarnos sobre la leche derramada, cuando aún estamos a tiempo para ir ajustando y mejorando en esta profesión que debe de ser cada día mas atractiva  y próspera.

 

Por un buceo placentero, rentable  seguro y ecológicamente sostenible.

 

Gonzalo Concha.

gonzaloconcha@telesat.com.co

13/03/05